“Deliberación o dependencia”
de Américo Schvartzman,
sobre ambiente y licencia social
de Américo Schvartzman,
sobre ambiente y licencia social
¿Es democrático que los gobiernos avancen en políticas públicas o en
emprendimientos que afectarán a la vida de la población sin que los afectados
puedan tomar parte en ese tipo de decisiones? Esa es la pregunta desde la que
parte este ensayo, que vincula la cuestión ambiental con los problemas de la
democracia. El trabajo fue prologado por Roberto Gargarella y editado por Prometeo.
Desde la
perspectiva de los Derechos Humanos, la respuesta a la anterior pregunta
pareciera ser no, en tanto que se admite
de modo implícito que todo ser humano
posee el derecho a participar en la deliberación y toma de decisiones que lo
afectarán de modo directo o indirecto. Además, la legislación ya lo
reconoce como derecho individual: es la idea de consentimiento informado. Cabe preguntarse cuál constituye entonces
una vía realmente democrática.
Para responder
esa pregunta, el ensayo de Américo Schvartzman discurre sobre temas de
filosofía política, poniendo el eje en la noción de democracia deliberativa y
su aplicación en la cuestión ambiental.
La noción de
“democracia deliberativa”, que comenzó a difundirse en las últimas décadas en
el mundo académico, propone una nueva concepción de democracia sobre la base de
dos elementos centrales. Por un lado, el “deliberativo”: la vida democrática no
debe agotarse en la emisión del voto, sino que, por el contrario, resulta
esencial poner énfasis en los procesos de debate y discusión colectivos, en el
transcurso de los cuales se forman las opiniones y se intercambian puntos de
vista que pueden modificarlas. El otro eje es el “democrático”: la idea de que
en una concepción profunda de democracia las decisiones deben contar con el
consenso de los afectados.
El libro de
Américo Schvartzman muestra que estas ideas encuentran en las problemáticas
ambientales una oportunidad inmejorable para avanzar hacia una nueva concepción
de democracia en la que cobre protagonismo el debate crítico ciudadano. En este
sentido, es el criterio de “licencia social” –adoptado ya por diversas
estructuras institucionales, tanto nacionales como internacionales– el marco
que para el autor posibilitaría dicho avance, a condición de ciertas garantías de
procedimiento que garanticen lo que en su trabajo denomina una formulación fuerte.
De esta
manera, el ensayo presenta a la “licencia social” como una adecuada expresión
procedimental de democracia deliberativa y explora –a manera de aporte para
futuros debates– algunas propuestas específicas para modificar o incluir en el
entramado jurídico-institucional.
El
texto incluye, además, un anexo en el que se revisan tres experiencias
concretas de participación ciudadana en los términos que propone la perspectiva
teórica del autor: Esquel, que en 2003 realizó un proceso de consulta popular
sobre minería a cielo abierto; Loncopué, que hizo una experiencia similar en
2012; y Pueblo Belgrano, municipio que posee una ordenanza que consagra el
principio de licencia social, en virtud de la cual puso en discusión la
instalación de un shopping.
El
prólogo del libro es del sociólogo y filósofo del derecho Roberto Gargarella,
autor, entre otros textos, de “El derecho a la protesta”. La presentación está
a cargo de la filósofa especializada en ética ambiental María Teresa La Valle,
parte de la delegación argentina en Río+20 y miembro del Consejo Asesor de la
Comisión de Ambiente, Recursos Naturales y Sociedad de la APDH.
El
trabajo fue editado por Prometeo, una de las editoriales más prestigiosas de la
Argentina, especializada en la producción académica y en las perspectivas de
análisis de problemáticas actuales, en colaboración con universidades del país
y del exterior. En este caso, el trabajo es coeditado con la Universidad de
Concepción del Uruguay y el Instituto Tobar Garcia.
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